El Encuentro Humano en el Amor

Por: Mtra. Ariattna Alvarado Romero

Semblanza del Autor: Psicóloga, Pedagoga y Psicoterapeuta con enfoque Humanista Gestalt. Se desempeña en consulta privada y como docente a nivel licenciatura. Experiencia en trabajo en educación superior y posgrados en diferentes universidades. Investigadora y ponente a nivel nacional sobre temas de pareja, educación emocional, educación sexual y salud mental.

 

La naturaleza humana no permite la concepción de la persona como un ser antisocial o asocial, sino que desde la misma gestación, nacimiento y desarrollo vital de la persona, el Otro se encuentra a su lado, dando y recibiendo, influenciando o ignorando, hablando o escuchando, amando u odiando.

 

Es así que las relaciones suministran a la existencia humana de significados y significantes, de historia, deseo y esperanza; pero también las enriquecen o las determinan. Cómo lo expresaría López Quintás (1990, citado por León, 2009) “todo ser personal es un ser de encuentro: vive como persona, se desarrolla y madura como tal creando toda suerte de encuentros”…la riqueza de una relación están en el crecimiento que puede generar en los individuos que la entablan; es decir, ir más allá de un simple intercambio o un vínculo pactado en el tiempo y espacio determinado; es darle un significado a la unión, es permitir que la otra persona crezca al mismo tiempo que uno crece con ella.

 

Las relaciones son tan diversas como diversas son las personas en el mundo, las características pueden ser tan distantes entre una relación y otra, y sus complicaciones aún más, pueden deberse a  disímiles causas o generar distintas consecuencias. Y es que las relaciones no están exentas de alteraciones, así como pueden surgir, pueden terminar intempestivamente, sin llegar a representar un verdadero encuentro; pero cuando lo hacen, cuando se forjan tan fuertemente, tan significativa, íntima y  humanamente; los fenómenos que de ella surgen pueden ser tan sorprendentes como el amor…la existencia humana se hace plenamente humana a través de las relaciones con los demás, a través del amor. (Marcel, s,f; citado por Cruz, 1991).

Si nos quedamos en el enfoque psicoanalítico de principio de siglo pasado, el amor es lo que le falta al sujeto de análisis, es esa falta lo que lo encamina a buscar al otro, es lo que alienta, conduce y mantiene una relación humana. Pero si nos situamos en la idea de que éI encuentro supone un ir y venir entre los seres que interactúan: una interpelación (León, 2009), la exigencia es de ambas partes, de ambos seres que se encuentran, que se descubren y se enriquecen a partir de la preocupación recíproca.

 

El amor es una apasionada afirmación de un objeto; no es un afecto sino una tendencia activa y una conexión íntima cuyo fin reside en la felicidad, la expansión y la libertad de su objeto (Fromm, 1941).

El amor, es una locura cuando la venda de lo impulsivo opaca el brillo de la autotrascendencia…el reto es mayúsculo al trabajar desde una persona y para la relación con otra persona, desde y para un ámbito provisto de la capacidad de sentir, de enamorarse, de encontrarse, de amarse, de permitirse ser persona frente al otro y con el otro; pero no es imposible, pues el amor no sólo arraiga la concepción erótica, sino puede ser los ojos con los que podamos ver las potencialidades en el otro, los odios abiertos sin prejuicios a escuchar su historia, su dolor, su angustia, su sentido; y el diálogo encaminado a lograr su desarrollo integral y digno.

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Referencias

 

Cruz, P. A. (2ª ed.) (1991). Historia de la Filosofía Contemporánea. EUNSA.

Fromm, E. (1941). El miedo a la Libertad. Paidós.

León, O. E. M. (2009). El concepto Encuentro  de Alfonso López Quintás a través de la Hermenéutica. Tesis Doctoral. Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla. Puebla, México.