El Florecimiento Humano y la Salud: Profesionales de la Salud con Mayor Tranquilidad son Mejores

Por AtentaMente

 

Pacientes obtienen beneficio cuando el personal médico cultiva sus propias fortalezas innatas de carácter. No solo eso, sino que dichas herramientas pueden enseñarse y desarrollarse de por vida.

 

Leandro Chernicoff y Richard J. Davidson

Este trabajo forma parte de una serie de artículos en los que se examina de qué forma un estado mental de florecimiento humano puede servir de apoyo a las Metas de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Puede leerse el resto de la serie aquí.

De acuerdo con las Metas de Desarrollo Sostenible, la ONU alienta a los países a “garantizar la vida sana y promover el bienestar para todos y todas en todas las edades”. Al igual que sucede con el resto de las metas de desarrollo sostenible, se trata de una tarea monumental, en buena medida por la miríada de factores que contribuyen a la salud de una persona. Dentro de un contexto médico, los resultados que obtiene un paciente se ven determinados, entre otras cosas, por su salud general y condiciones preexistentes, el acceso a médicos y hospitales, la capacidad de diagnóstico en tales instalaciones, el acceso a medicamentos y tecnología, así como las herramientas y atención de los médicos y enfermeras mismos. La lista es muy larga.

Las propuestas comunes en cuanto a políticas se centran en la inversión en infraestructura médica de algún tipo: la construcción de nuevos hospitales, la adquisición de equipo nuevo, el desarrollo de nuevas vacunas o fármacos o la capacitación de un mayor número de médicos. Todo eso está muy bien, pero la infraestructura no necesariamente ofrece una solución para los países de ingresos medios y bajos que cuentan con recursos limitados. Incluso las naciones ricas sufren de inequidad, lo cual hace difícil o incluso imposible adquirir una buena salud para las mayorías.

Sin embargo, hay otra aproximación que puede complementar y aumentar el efecto de las inversiones en la infraestructura médica. Un enfoque del florecimiento humano, que contemple todas las facetas de la vida humana como interconectadas y preste una especial atención a las fortalezas y capacidades internas innatas del ser humano, puede ofrecer una manera de ir más allá de pensar únicamente en términos financieros y materiales. En lugar de simplemente asignar más recursos a los sistemas de salud—que en esencia intentan comprar buena salud y bienestar—aumentar la efectividad de lo que ya existe en casi toda comunidad, es decir médicos y profesionales de la salud—puede rendir grandes dividendos con el tiempo, en especial si es acompañada de nuevas inversiones.

 

DESCARGA EL ARTÍCULO COMPLETO