Estigma en las Personas con Esquizofrenia – Por Linda Julissa Díaz

Por: Dra. Linda Julissa Díaz Ortega

Solving Servicios Integrales en Salud Mental 

El estigma es uno de los signos más visibles dentro de los pacientes que padecen un trastorno mental, las personas que presentan una conducta estereotipada o con referencia al estigma sufren daños relacionados con su autoestima además de generarse una disminución en cuanto a la calidad de vida.

Por otra parte, el estigma de acuerdo con el autor que generó este concepto Erwin Goffman en su clásica publicación “Estigma: la identidad deteriorada”, define el fenómeno  como los atributos de un individuo que le generan profundo descrédito y desvaloración; dentro de las conductas relacionadas al estigma suele encontrarse diversos tipos: el estigma en las personas con una enfermedad mental, el estigma desde la familia, el estigma institucional y el estigma público (Mascayano, Mena y Manchego, 2015).

También, estigma, estereotipo, prejuicio y discriminación son términos ampliamente relacionados y de gran importancia en psicología social y comunitaria, las personas que presentan un trastorno mental han sido etiquetadas repetidamente de alguna forma como personas o ciudadanos indeseables. El estigma percibido supone una barrera sociocultural para el acceso a servicios de salud mental y priva a las personas que reúnen criterios de trastorno mental de la posibilidad de disfrutar de atención integral e integrada.

A lo largo de la historia de la salud mental y de los trastornos mentales, hay toda una serie de creencias y representaciones que cada sociedad se fue construyendo respecto a este campo de la salud. Este tipo de conocimientos está constituido principalmente por representaciones del sentido común y no de información científica debidamente acreditada. Este tipo de saberes constituye el objeto de estudio de la teoría de las representaciones sociales (Rodelo y Garay, 2020).

El cambio de paradigma en salud mental radica en generar un modelo centralizado en la atención de la persona, no restando importancia a las particularidades que muestra el modelo ético, pero fortaleciendo áreas relacionadas a la atención del paciente desde los distintos factores de vida.

 

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